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El determinismo geográfico
De acuerdo con Lewthwaite (1966) el determinismo geográfico es una variante del determinismo que considera que el medio geográfico constituye el principal control de la vida humana. No es sinónimo de ambientalismo, bajos cuyos conceptos la geografía se define como el estudio de las interreaciones entre el hombre y su medio. Según Estébanez (1982: 50), “el determinismo geográfico como forma concreta del determinismo en general, supone que la libertad del hombre está dirigida en grado de mayor o menor necesidad por factores del medio físico, que ejercen una influencia en la constitución física y moral del hombre individual y social”. Es decir, que todas las actitudes y actividades del
hombre están gobernadas por las condiciones físicas del medio natural que lo alberga. Como modelo de explicación científica en geografía, el determinismo se destaca desde finales del siglo XIX (Claval, 1974). Pero las cuestiones relacionadas con el dominiob ambiental sobre el hombre y la sociedad, tienen un largo pasado (lsachenko 1971). Varios autores (James, 1972; Isachenko, 1971; Estébanez, 1982; Vilá, 1983) encuentran sus raíces en la antigüedad, desde Hipócrates, Aristóteles, Tucídides, Jenofonte, Herodoto, Polibius y Estrabón, quienes de una manera u otra acudieron a las condiciones naturales
como el clima y la posición geográfica excepcionales, para explicar y justificar el dominio de unos pueblos sobre otros. En el período feudal (Isachenko, 1971) hombres de ciencia como Bacon y Albertus Magnus, quienes se hallaban familiarizados con los trabajos de los
* El autor expresa sus agradecimientos al Doctor H.F. Rucinque director del EPG por su asesoría en la realización de este trabajo.
** Ovidio Delgado Mahecha es Licenciado en Ciencias Sociales. Geógrafo. Director del Departamento de Ciencias Sociales de la
Universidad Pedagógica Nacional.
autores antiguos, hicieron tímidas aseveraciones sobre el impacto del medio natural sobreel hombre; pero la ideología religiosa excluía toda aceptación del determinismo geográfico que pudiera de alguna forma compartir con Dios su poder sobre el hombre.
El determinismo geográfico revive cuando la burguesía emerge como clase política, criticando la idea de determinación divina, para lo cual se basó en los autores clásicos de la antigüedad. Ejemplos de este renacer pueden verse en Montesquieu y muchos otros filósofos (lsachenko 1971). Así, el filósofo Johan Gotfried Herder encuentra en las diferencias medioambientales la razón de las diferencias culturales entre Europa y otras regiones del mundo, y considera que la civilización europea debe su prosperidad y su brillante situación en el universo de los pueblos, a un concurso de circunstancias como la multiplicidad de pueblos e ideales, el clima templado y otros factores físicos que le dan superioridad y le han permitido alcanzar una cultura humana activa (Adamov, 1983). Otro filósofo, Víctor Cousin, proclamaba lo siguiente, según citas de Lewthwaite
(1966:9) y Vílá Valentí (1983: 197): “Si, señores, dadme el mapa de un país, su configuración, su clima, sus aguas, sus vientos y toda su geografía física; dad me sus productos naturales, su flora, su fauna y yo me encargo de decíros de antemano cómo será el habitante de dicho país y cuál será el papel que éste desempeñará en la historia. Y ello no accidental, sino necesariamente, no tal época, sino en todas”.
En el campo específico de la geografía moderna, es a Karl Ritter a quien se le asigna la responsabilidad de haber introducido el determinismo como explicación geográfica, en su intento de estudiar las relaciones entre la superficie terrestre y la actividad humana (James 1972;Claval, 1974; Estébanez, 1 982; Gómez Mendoza et al, 1982). En 1 850 Ritter expresó que: “El hecho de que los continentes tengan superficies diferentes explica el poderío de los pueblos y la posibilidad que les es dada de dominarlas. El aparente azar
que preside la disposición relativa de las masas de tierra refleja una ley cósmica superior que ha determinado necesariamente todo el proceso de desarrollo de la humanidad. La separación a primera vista puramente física del Viejo y del Nuevo Mundo, de los continentes y de las islas resulta ser la esencia de la relación
espacial universal. La desigual distribución de los dones naturales es el
estimulante fundamental del desarrollo de los intercambios universales. La débil superficie de Europa y la armonía de sus formas limitadas es la condición de su
libertad y de su capacidad de dominación” (Cita traducida por Gómez Mendoza
eta! 1983: 177). Del mismo tenor, aunque más radicales, son las aseveraciones de Arnold Guyot, discípulo de Ritter, quien en su obra The Earth and Man, publicada en Boston en 1852,
intenta explicar lo que él llama “la marcha geográfica de la historia”, con fundamentos del determinismo ambiental, remitidos a Dios como causa final. Considera que el desarrollo desigual entre los países del norte y del sur es un hecho histórico, cuyas causas son unas de naturaleza moral y otras de naturaleza física, las cuales han determinado que los continentes del sur no participen en el desarrollo de la humanidad. Guyot (1 852: 33),refiriéndose a los continentes del sur concluye:
“Las razas habitantes de ellos están cautivas en los lazos de toda la fuerza
natural. Ellos nunca podrán echar abajo las cercas que los separan de nosotros. Esto es para nosotros las razas favorecidas. Vamos a ellos. La naturaleza tropical no podrá ser conquistada y dominada, excepto por hombres civilizados, armados con toda la fuerza de la disciplina, inteligencia y experiencia industrial.
Esto es, entonces, que desde los continentes del norte, ellos los del sur, esperen su liberación; esto es, por la ayuda que los hombres civilizados de los
continentes templados se dignen darle a los hombres de las tierras tropicales
para ingresar al movimiento del progreso universal y el perfeccionamiento”.
Como se puede apreciar, en Ritter y en Guyot confluyen el determinismo y ¡a
geopolítica, aunque sus conclusiones derivan más de una causalidad basada en la fé que de una comprobación científica, pues su enfoque teleológico siempre los remite a Dios como causa final. Uno no puede encontrar en las palabras de Guyot otra cosa que la justificación del colonialismo y la recomendación del mismo. Guyot se adelantó bastante tiempo a Ratzel en pretender dar una base científica a la expansión territorial de los estados más fuertes. Es en el siglo XIX, cuando la geografía acoge formalmente el modelo newtoniano de explicación, que ya había probado en las ciencias naturales la eficacia de la relación determinista causa-efecto (Harvey 1969:98) considera que “la principal contribución de Humboldt y Ritter a la explicación en geografía, fue su insistencia en afirmar que podían establecerse leyes de causa y efecto que explicasen las distribuciones geográficas. De forma que la noción de causa y efecto se convirtió en una de las formas dominantes de explicación en geografía durante el siglo XIX”. Así, la geografía tendría un lugar garantizado en el paradigma científico imperante. En efecto, como lo confirma Harvey
(1969: 427).
“La forma de conceptuar mecanismos y procesos que predominaba al final del
siglo XIX era determinista o como se llama a veces, mecanicista. No hay duda
de que esta concepción del mundo se inspira mucho en ¡a mecánica de Newton en la que los movimientos de los planetas podían predecirse sin ninguna incertidumbre a partir de un conjunto fundamental de ecuaciones diferenciales”. Pero si bien es cierto que todas las ciencias, incluida la geografía, se concibieron según el modelo determinista de las ciencias físicas, es necesario reconocer que se tenía cierta prudencia cuando se abordaba el tema del hombre, que por otra parte ya se había incorporado como objeto temático de la ciencia que debería explicarlo como individuo y como ser social. La solución llegó con la obra de Darwin (1 859) sobre el origen de las especies que “incidió de forma decisiva en el panorama general del conocimiento decimonónico y en concreto en el del conocimiento geográfico”... y que, “proponía un modelo particularmente riguroso y expresamente científico para abordar coherentemente el tratamiento de las nuevas positividades decimonónicas referentes a la historicidad y a la incorporación del hombre y de sus relaciones con la naturaleza de los objetos del conocimiento positivo” (Gómez Mendoza et al 1982: 31). Según D.R. Stoddart (1966) la obra de Darwin aporta a la geografía los puntos siguientes:
1. El concepto de desarrollo a través del tiempo, o la evolución. Este concepto influyó notoriamente en la obra de WM. Davis, particularmente en la idea de evolución de ríos y paisajes, expresada en estados de juventud, madurez y vejez, planteamiento mejor conocido como el modelo del ciclo geográfico.
2. El concepto de relaciones entre un organismo y su habitat, que permite analizar los organismos en términos de los roles que juegan en su medio ambiente particular, en donde las condiciones físicas de vida constituyen una unidad orgánica junto con las relaciones cerradas existentes entre todos los organismos. Esto se refleja en el concepto vidaliano de región y en los enfoques ecológicos de la geografía que hacen énfasis en las relaciones hombre-tierra.
3. El concepto de selección y lucha, o de competencia que está asociado con el Iaissezfaire económico y político, y que tuvo sus efectos en geografía particularmente en la
obra de Ratzel, quien formuló a partir de esta noción sus leyes para el desarrollo de los estados, y justificó las luchas entre naciones como luchas por su espacio vital.
4. Los conceptos de variación aleatoria, que no fueron tenidos en cuenta por los geógrafos deterministas, pero que actualmente han sido retomados por los enfoques probabilistas. Puede decirse que en la obra de Darwin tanto la geografía física como la geografía humana creyeron encontrar un asidero científico para el determinismo geográfico. Al igual que todas las ciencias naturales y sociales, la geografía no pudo mantenerse al margen de la revolución científica generada por la obra de Darwin y como dice Harvey (1969:
417).
“Hacia finales del siglo, Davís y Ratzel habían adoptado posiciones
evolucionistas en sus estudios de las formas y de la difusión del paisaje,
respectivamente, una postura evolucionista que llegó a dominar la geografía
durante medio siglo y que tuvo un profundo impacto en la geografía humana con los trabajos de Huntington, Taylor, Sauer y otros”.
Sin embargo, según Stoddart (1966) los geógrafos no asimilaron bien la obra de Darwin
Determinismo.
El determinismo se refiere al condicionamiento causal de todos los fenómenos; esto es, que no hay fenómeno, o efecto, sin causa. Es en esa universalidad en donde radica la condición de necesidad; es decir, que no es posible que haya fenómeno o efecto sin causa.
En el siglo XVIII, el siglo de la Ilustración, dominaba el pensamiento filosófico materialista impregnado aún de las influencias aristotélicas por las cuales la causalidad se clasificaba en cinco tipos: 1) la causalidad material, referida a la naturaleza de las cosa; 2) la causalidad formal, o esencia de las cosas; 3) la causalidad eficiente, o fuerza o agente que produce el efecto; 4) la causalidad final, por la que el hecho respondía a un propósito; y 5) la causalidad primera, atribuida al designio de Dios. Y, a la vez, ese pensamiento materialista estaba bajo las influencias del mecanicismo newtoniano y laplaceano, por el cual la causalidad universalmente necesaria, se absolutizó, se hizo exclusiva, descartándose con ello la posibilidad de lo casual; es decir, de hechos que podían ocurrir accidentalmente, si bien cada uno de los cuales tendría su propia causa. La absolutización de la causalidad universalmente necesaria, ocurrió como consecuencia de justificar la aristotélica “causa final”, en donde parte de la esencia de un fenómeno, estaba en definir que nada ocurría de manera casual, sino por algo, por lo que se entendía más bien con ese sentido final, para algo.
Al superarse esa absolutización mecanicista y finalista ya con la dialéctica materialista luego de mediados del siglo XIX, la causa universalmente necesaria, dejó de contraponerse a la posibilidad del azar en la ocurrencia accidental de las cosas, cada una de las cuales se movería por sus propias causas, sin esa condición finalista fatal; y de ahí que a la ciencia moderna le caracterice, entonces, el ser determinista, bajo esas características: todo fenómeno tiene una causa, si bien las mismas, en sus efectos, pueden dar lugar a un acaecer accidental o casual.
“Determinismo Geográfico”.
El “determinismo geográfico”, pudiera parecer, a primera vista, como una categoría científica: <<en la ciencia de la Geografía, todo fenómeno responde a una causa>>. Pero la Geografía, en tanto ciencia y de suyo causal, no necesitaría de tal énfasis. Por lo tanto, dicho concepto no se refiere al principio de causalidad en general, sino a la posición filosófica por la cual, la causalidad se vuelve a absolutizar, en el caso de la relación causa-efecto particular de la sociedad y la naturaleza, de modo que la sociedad es lo que es, determinada por el medio natural.
En este concepto opera otro error: el llamado reduccionismo, por el cual, un fenómeno dado no se interpreta en el campo de sus propias leyes, sino por las leyes de otra ciencia; esto es, en donde el fenómeno biológico no se interpreta mediante la leyes de la ciencia de la biología, sino “reduciéndolo” a las leyes, por ejemplo, de la física; o de un fenómeno social que no se interpreta mediante las leyes económico-políticas, sino que se “reduce” y pretende explicarse, por ejemplo, mediante las leyes de la biología, o peor aún, de la misma física.
Dado el desconocimiento que se tenía en la antigüedad de las leyes de la sociedad, era común el que la sociedad se viera como parte de la naturaleza y sujeta a sus mismas determinaciones. Ello explica un “determinismo geográfico” histórico, como el que pudiéramos encontrar en Hecateo o Estrabón; o el dado en Karl Ritter (1879-1859) en su trabajo, “Las Ciencias de la Tierra en Relación a la Naturaleza y la Historia de la Humanidad”, de 1817, desarrollando ya desde entonces las ideas organicistas del medio natural, en la explicación de las influencias del medio físico en la sociedad; bajo las sugestiones tardías del mecanicismo del siglo XVIII.
Pero ya en la segunda mitad del siglo XIX, aún con la misma teoría social y dialéctica hegeliana; y más aún con el surgimiento de la dialéctica materialista o marxismo; esa explicación de la sociedad como una determinación de la naturaleza ya no se justificaba, y se convirtió en algo totalmente acientífico.
Así surge, precisamente en ese momento histórico, el más notable de los “deterministas geográficos”: Friederich Ratzel (1844-1904), que en su Antropogeografía, de 1881, influido por esas ideas geográficas ritterianas y por la reciente teoría de la evolución de Darwin-Wallace que venía de 1858, omitiendo el conocimiento de las leyes de la sociedad ya ampliamente conocidas, tanto en la economía como en la política y en la problemática social general misma, no entendiendo las capacidades humanas y su independencia relativa del medio natural, pretendió explicar el fenómeno social como si explicara el condicionamiento natural absoluto de cualesquier otras especies animales a la naturaleza. Y así como las distintas especies animales en el ámbito natural definen una territorialidad como condición necesaria de su sobrevivencia; así atribuyó Ratzel para la especie humana, en un grosero y absurdo reduccionismo ya para entonces, la necesidad del “espacio vital” enunciado antes por Karl Ritter, cuando incluso y apara los tiempos de éste se veía como algo acientífico que, por ejemplo, no compartió su directo contemporáneo Alejandro de Humboldt. Más aún, sintetizando a la especie humana en la noción de Estado, como Ritter, veía en los distintos Estados nacionales a organismos vivos que en el proceso evolutivo de la selección natural, competían por ese “espacio vital” luchando entre sí. No es de extrañar, entonces, que tales ideas acientíficas hayan sido el posterior fundamento del nazismo.
Este material se esta utilizando para hacer practica y tareas de una asignatura llamada Geografía Humana. Pos ello es publicado en este blog.Pido excusa al autor si esto le molesta ya que todo lo que se publica en Internet es para ser usado por el publico.
ResponderEliminarEl determinismo geográfico, es un paradigma dentro de la geografía, que dice que el espacio geográfico determina nuestra existencia humana, es decir, todas nuestras acciones (cultura, economía, raza, etc.)
ResponderEliminarANNY OZORIA
CA-6527
Los nazis se fundamentaron en algunos aspectos en el determinismo geográfico, uniéndolo con la y teoría de la evolución de las especies de Darwin, para señalar que la raza aria, era la mejor según ellos, ya que la condiciones geográficas en donde nació eran las mejores para su evolución. Hoy en día este paradigma dentro de la geografía sigue vigente, y en su mayoría por autores que no ponen énfasis a la cuestión de raza, sino más bien a los aspectos culturales y de clase social, afortunadamente para este paradigma, se limpio de la estupidez racial, el principal autor es Friedrich Ratzel.
ResponderEliminarGLENY ALVAREZ
CH-4066
EL DETERMINISMO GEOGRÁFICO ES UNA VARIANTE QUE CONSIDERA QUE EL MEDIO GEOGRAFICO CONSTITUYE EL PRINCIPAL CENTRO DE LA VIDA HUMANA.
ResponderEliminarANNY OZORIA
CA-6527
EL DETERMINISMO GEOGRÁFICO PUEDE DECIRSE, QUE EN LA OBRA DE DARWIN, TANTO LA GEOGRAFÍA FÍSICA, COMO LA GEOGRAFÍA HUMANA CREYERON ENCONTRAR UN ASIDERO CIENTÍFICO PARA EL DETERMINISMO GEOGRÁFICO.
ResponderEliminarANNY OZORIA
CA-6527
Es muy bueno tu blog me gustaría contactarte para compartir conocimientos y experiencias y poder platicar de Geografía que es mi pasión. Saludos!!!
ResponderEliminarpar de salames WOOOOOOOOOOOOOO
ResponderEliminarme pueden ayudar a explicar determinismo geografico en el paleolitico gracias
ResponderEliminarpor favor quien me ayuda con esta pregunta... explicar el objeto de la geografía en cada una de las escuelas?
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