Estructura de
la Tierra
La Tierra está formada por numerosas capas, algunas
externas y otras internas. Se dividen en varios grupos según su estado: sólido
o semi-líquido, líquido o gas.
La corteza del planeta Tierra es una fina capa formada por placas
rígidas que se apoyan sobre el manto superior. Juntas forman la litosfera y
flotan sobre la astenosfera, una capa de materiales calientes y pastosos que, a
veces, salen por una grieta formando volcanes.
La densidad y la presión aumentan hacia el centro de la Tierra. En
el núcleo están los materiales más pesados, los metales. El calor los mantiene
en estado líquido, con fuertes movimientos. El núcleo interno es sólido.
Las fuerzas internas de la Tierra generan movimientos que se notan
en el exterior. Los movimientos rápidos originan terremotos; los lentos forman
plegamientos, como los que crearon las montañas.
El rápido movimiento rotatorio y el núcleo metálico generan un
campo magnético que, junto a la atmosfera, nos protege de las radiaciones
nocivas del Sol y de las otras.
Capas de la Tierra
Desde el exterior hacia el interior podemos dividir la Tierra en
cinco partes:
Atmósfera: Es
la cubierta gaseosa que rodea el cuerpo sólido del planeta. Tiene un grosor de
más de 1.100 km, aunque la mitad de su masa se concentra en los 5,6 km más
bajos.
Hidrosfera: Se
compone principalmente de océanos, pero en sentido estricto comprende todas las
superficies acuáticas del mundo, como mares interiores, lagos, ríos y aguas
subterráneas. La profundidad media de los océanos es de 3.794 m, más de cinco
veces la altura media de los continentes.
Litosfera: Compuesta sobre todo por la corteza terrestre, se extiende hasta los 100 km de profundidad. Las rocas de la litosfera
tienen una densidad media de 2,7 veces la del agua y se componen casi por
completo de 11 elementos, que juntos forman el 99,5% de su masa. El más
abundante es el oxígeno, seguido por el silicio, aluminio, hierro, calcio,
sodio, potasio, magnesio, titanio, hidrógeno y fósforo. Además, aparecen otros
11 elementos en cantidades menores del 0,1: carbono, manganeso, azufre, bario,
cloro, cromo, flúor, circonio, níquel, estroncio y vanadio. Los elementos están
presentes en la litosfera casi por completo en forma de compuestos más que en
su estado libre.
La litosfera comprende dos
capas, la corteza y el manto superior, que se dividen en unas doce placas
tectónicas rígidas. El manto superior está separado de la corteza por una
discontinuidad sísmica, la discontinuidad de Mohorovicic, y del manto inferior
por una zona débil, la astenosfera. Las rocas plásticas y parcialmente fundidas
de la astenosfera, de 100 km de grosor, permiten a los continentes trasladarse
por la superficie terrestre y a los océanos abrirse y cerrarse.
Manto: Se extiende desde la base de la corteza hasta una
profundidad de unos 2.900 km. Excepto en la zona conocida como astenosfera, es
sólido y su densidad, que aumenta con la profundidad, oscila de 3,3 a 6. El
manto superior se compone de hierro y silicatos de magnesio como el olivino y
el inferior de una mezcla de óxidos de magnesio, hierro y silicio.
Núcleo: Tiene una capa exterior de unos 2.225 km de
grosor con una densidad relativa media de 10 Kg por metro cúbico. Esta capa es
probablemente rígida, su superficie exterior tiene depresiones y picos. Por el
contrario, el núcleo interior, cuyo radio es de unos 1.275 km, es sólido. Ambas
capas del núcleo se componen de hierro con un pequeño porcentaje de níquel y de
otros elementos. Las temperaturas del núcleo interior pueden llegar a los 6.650
°C y su densidad media es de 13. Su presión (medida en GigaPascal, GPa) es
millones de veces la presión en la superficie.
El núcleo interno irradia
continuamente un calor intenso hacia afuera, a través de las diversas capas
concéntricas que forman la porción sólida del planeta. La fuente de este calor
es la energía liberada por la desintegración del uranio y otros elementos
radiactivos. Las corrientes de convección dentro del manto trasladan la mayor
parte de la energía térmica de la Tierra hasta la superficie.
Que compleja nuestra tierra
ResponderEliminarMuy interesante,aprendí que gracias al rápido movimiento rotatorio y el núcleo metálico generan un campo magnético que, junto a la atmosfera, nos protege de las radiaciones nocivas del sol.
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